En el sopor de la tarde tu mirada broncea mi cuerpo… hace calor se derrite el frenesí… recorriendo cada parte del mapa de tu piel. Me hundo en la isla de tu boca y naufrago en el mar inmenso… en la fragata bucanera de la dársena de tus piernas.
La canícula que arde por la ventana funde el olor a jazmín con el de tu pelo, y me lleva a enloquecer confesando al mismo Satán que quiero el infierno si el calor que prende es como el de tu cuerpo.
Son tus ojos cangilones de una noria que gira por mí…
En el paseo fluvial donde crece la morera que endulza tu lengua.
Soy yo rivera en tu río, soy camino, soy vereda de las lujurias que sientas hasta que caiga la luna llena. Y se marche el sol dando bandazos descoloridos.
Celoso de verte conmigo, vino y besos alados en una tarde de verano.
Urbana 7.
Mundy, las pasiones solo se sienten si se deja pasar el calor de un cuerpo a otro, ya lo decía la balada bailar de lejos no es bailar, pero donde hay sueños esa noche no se duerme, se bailan, ja ja ja. Y si se deja aparcado el reloj, mejor que mejor no hay horario en los menesteres del placer.
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