lunes, 11 de julio de 2011

Promesas marchitas

En el valle olvidado
se escuchan los lamentos
de un querer condenado…
Montañas de promesas que hicieron mella
a la espera de un mañana
que nunca llegó.
Ausentes envejece el verdor
y marchitan las flores.
Los dos lloran, los dos aman,
pero no se escuchan.
Solo el eco de esos corazones,
que palidecen ensombrecidos;
Por los sueños rotos que nunca amanecen
y a la intemperie buscan su aurora.
Aprendieron a vivir con sus yagas y el dolor
del muro que los separaba.
No cesaron sus ganas por amarse quien sabe si triunfó la
pasión, nadie sabe nada, de las cosas de dos.
Urbana 7.
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3 comentarios:

  1. Nuestra mañana llegara si lo deseamos mucho, y lo que fueron promesa sy sueños seran sonrisas y cariño

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  2. La tristeza contamina el recuerdo de un domingo , que se lleva consigo tantos silencios rotos como humo guerreo en el aire.
    Siempre el sol como bandera , y en mi horizonte la esperanza de un nuevo mañana, aunque sea de lunes.
    ¿hay algo más contradictorio que el paisaje y más necesario que el progreso?

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  3. Qué tristeza sale de tu poema, Urbana... como ese humo contaminante, hay algo de relación viciada que reflejas muy bien en lo que escribes. Flores marchitas, aguas muertas, nubes densas que se elevan pesadas y amenazantes... sin embargo, allá alto brilla el sol.

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