En noches como esta, mi cuerpo vibra al saber que serán sumisas mis fuerzas, a la voluntad del deseo.
Tu voz, alimenta las ganas de tenerte…
Veo como se abre la puerta, ya huelo a ese aroma que dejas en mi.
Me miras riéndote, mientras desabrochas los botones de mi camisa, mientras yo me agarro a tu cuello viendo en mis manos al hombre que amo.
Nos besamos, poco a poco sin prisa pero con ansia, no dejo de mirar esos ojos, que me gritan “mía, eres mía” te respondo con mirada felina…
En tu trono soy la reina, que desnuda en la noche siembra lujuria y recoge tierna pasión de amantes. Desatado el placer, bailo por ti la danza de los siete velos, en la penumbra veo tu cuerpo sucumbido por la tentativa de mis vaivenes.
Amarras mis caderas en tus manos, eres el capitán de esta galera.
Soy mar tu ola que rompe con fuerzas en la orilla de mi boca.
Son nuestros brazos remos que juntos amainan el viento, para entrar mar adentro. En las corrientes dónde florecen corales en mi cuerpo, se dibuja una nueva mirada de sosiego y mar en calma.
Terminas enredado en la maraña de mi cabello, no hay nadie más felices que nosotros… Sin miedo a nada, estamos a salvo si seguimos juntos, abrazados, el mundo puede esperar.
Urbana 7.
Es leer ese relato y ponerme a temblar. Quién fuera el destinatario, real o soñado de esas palabras, debería sentirse el ser más afortunado del mundo por compartir noches asi con una mujer como tú. Dije antes que estás inspirada... me quedé corto. Brillas como la espuma del mar bravío a la luz de la luna, ardes como una llama incandescente que abrasa la noche, te impones como la sierva de un rey poderoso que conquista naciones y luego las ofrece a tus pies...
ResponderEliminarEstoy empezando a tener adición a tus relatos, sigues escribiendo con gran pasión y belleza, no cambies el estilo.
ResponderEliminarSiento envidia de que una mujer no escriba esas cosas para mi.
Mis brazos remarían con suavidad por una mujer amada y deseada.
Seria Capitan de esa galera por una mujer que escribiera con esa pasión para mi.
Enhorabuena, se acabará convirtiendo en droga, leerte, pero bendita droga