Esperando la verdad que no se deja ver sufro, el misterio en el silencio de una sonrisa y una mirada apuntalada al momento del devaneo de mis vidriosos ojos
Aprieto los dientes, respiro profundo y miro al frente a ese pequeño cielo que deja ver las rendijas de la ventana…
Abrazada a la ironía y no escuchando las fatalidades que atropellan mi descanso. Minando los minutos que separan de una burla al cariño verdadero, sin poner en evidencia la angustia que aflige las curdas de mi voz.
Sin caer en el juego de títeres y muñecos que juegan a ser vencidos en un mundo de “todos saben, nadie calla”… ser fuerte no ser castillo de arena en la playa. Ser roca y en silencio cuando la luna salga decirle a ella el porque tu alma brama como una fiera encarnizada…
Llorar si hace falta pero no manchar el arco iris de nuestra mirada, nuestra pena que solo moje la almohada, no los días.
Urbana 7.
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