País de sordos

Esta mañana desayunaba disfrutando de un día de sol en una plaza céntrica,

Y no podía establecer una conversación en un tono armónico por el ruido, y el tono de un corro habitual de tertulianas. Lógicamente como nosotros nos hemos enterado todos, de que su hija hace la comunión, pero a mi lo que me molestaba no era la alegría de esa madre era tener, ese trompeteo que me impedía poder escuchar al camarero.

Y la expresión que ponemos de codificados y la cara de poema tenía que ser de premio, puesto que el camarero pidió a la señora que bajara la voz. A lo que se suma la aparición del cachas del pueblo para revolucionar más al senado y a la que se supone era la que llevaba la voz cantante, que para no llevar megáfono la escuchábamos en toda la plaza.

Por un momento he imaginado a sus vecinos, desde aquí les mando mis condolencias…

Pero eso no es todo, cuando ya cesaba su tono, suena una melodía de ese ya familiarizado instrumento del que una vida sin el sería impensable. Sí, y sonó el móvil con “la reinventada Lambada de Bellonce” .A todo esto llena de efusividad le cuenta otra vez a su prima Encarnita, lo mismo que hacía cinco minutos a sus amigas y a el resto claro. Aún así y con ese hilo musical hemos disfrutado de un desayuno mediterráneo. Pero me he dado cuenta que la euforia de esta señora la podemos padecer todos en muchas ocasiones y ciertamente que molesto es…

Luego entre el señor del butano que aporreaba su claxon para aviar de su presencia, luego las motos con escape libre, más la radio de la cafetería, me dado cuenta que ¡Somos un país de sordos!

No nos preocupa la contaminación acústica pero es algo que tendríamos que plantearnos todos yo la primera, hoy me dado cuenta lo molesta que puedo ser. Es más pido te pido disculpas Mundy, por maltratarte tanto a veces.

Pero claro también me pasado por otra plaza y como no había nadie me marchado. Pero si mi alma lo sabe hago parroquia en ese sitio del principio.

Disculpar tal vez parezca hoy algo superficial, pero aprendido una lección que los que me conocen si de verdad llevo a cavo me agradecerán. Eso si, si se me escucha no es batallitas de hijos, jajaja casi siempre son chistes, o risotadas.

Transcurrido el día tranquilo, y haciendo alarde de una suerte como es disfrutar de la siesta me la he permitido, no llevaba mas de 10 minutos cuando un megáfono a grandes decibelios se colaban por mi ventana para avisarme de un mitin electoral…. 

En fin que ermitaña no me quiero hacer, pero para otro día ya se que esa hora es territorio de madres aceleradas en tertulia de BBC. Sin olvidar los corrillos de seguidores y retractores de “nuestro querido deporte nacional” otros que se les iba la vida en ello. Pero gracias a ese café, todos olvidamos la crisis, el paro y yo me digo que de gastos me ahorro sin tener hijos. Y ¡que bonito son los martes si de ellos, se hace otro sábado!

Urbana 7.

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