lunes, 11 de julio de 2011

RELATO CORTO: Escuela del querer

El volver a estudiar supone mucho más que acceder a un trabajo y unas condiciones de empleo más acordes con mis inquietudes.
Contaré quién me enseñó que en la vida hay un camino y lo más importante es ver que se puede llegar de muchas maneras a la meta y disfrutar en el trayecto.
La mujer es luchadora y superviviente. Citaré unos casos que para mi son mi patrón, mis guías, mis únicas verdades fundadas en el esfuerzo, astucia y tesón. Tres generaciones que lucharon en épocas distintas por superar barreras y formarse a sí mismas. Ellos dejaron una meta marcada con varios caminos. Hablemos de una mujer que no sabía leer ni escribir y disponía del don de la pintura y el arte. Ella se comunicaba mediante dibujos y símbolos.
A sus veinte años, después de una guerra civil, entra en una escuela de pintura y aprende que si dibuja las letras puedes escribir el mundo que pinta.
Aprende a la vez que trabaja diez horas al día sirviendo. Por las mañanas temprano y los días festivos era modelo en la escuela de Bellas Artes. Su listín telefónico era de lo más pintoresco. Dibujaba un símbolo recordatorio de cada amigo o familiar y su número de teléfono. Pero era tal su afán de prosperar que consiguió aprender a leer y escribir. Se emocionaba cuando me contaba que por primera vez escribió a su hermano un verso de Miguel Hernández en el presidio. Su ilusión contagió a su hijo al que ya contaba cuentos que inventaba y se los contaba antes de que el naciese. Este hijo la hizo feliz doblemente, siendo un gran amante de la lectura y dándole una nieta entusiasta de las letras.
Ellos fueron mi gran apoyo cuando un día, algo cansada y confusa, decidí dejar de estudiar. No se enfadaron, sabían que alimentarían mi interés con su gran saber y así es como hoy estoy aquí en la escuela de adultos.
Vuelvo a sentir ahora, después de mucho tiempo alejada de los libros, que formo parte de ese mundo que años atrás dejé.
Ahora me planifico mi día partiendo de mis horas de estudio, tareas y escuela y de mis olvidados hábitos de estudio.
Disfrutando también de mi familia y de escribir pues me siento libre saboreando las palabras. Aunque a veces las maltrate.
He tomado este año ir a la escuela como el mejor de los retos, aprender con los ojos abiertos, y con la ilusión de cuando era niña y fui al colegio por primera vez. Así me siento perdida y empezando a andar.
Pero no estoy sola, me rodean unos compañeros de varias edades, cada uno con una vida, con unas costumbres, y cada uno con un motivo diferente para estar aquí.
Pero todos estamos con la misma intención: superarnos.
Para mi meta es aprender, formarme, poder abrir un periódico y entender lo que dice a pesar de ese léxico rebuscado y esas expresiones tan complejas.
El escuchar hablar de la crisis en el país y en el mundo y saber que la historia es una cadena y las consecuencias no vienen solas. Que como dice la profesora de historia “todo se enlaza”.
Poder hablar en valenciano, compartir esta lengua madre que aquí nos hace iguales a todos. Entender a mis vecinos los Stivenson, este verano, y mejorar mi ortografía así dejar de atentar contra las reglas.
Pero me cuesta mucho concentrarme, intento dejar colgados en la verja de la escuela los avatares diarios para poder inmiscuirme solo en la batalla del aprender.
Soy una pregunta andante, una fuente de dudas e inquietudes a las que intento sacar jugo en mi estudio personal.
Cada vez que descubro algo nuevo, sea del tema que sea, y luego lo relaciono en la vida, en algún medio de comunicación, noto como mi vida se agranda.
El tener ese conocimiento me da expansión de palabra y me deja opinar entre mis amigos de diversos temas. Ahora ya sin menos miedo de quedar en ridículo por falta de información.
La convivencia con mis distintos compañeros antes de empezar las clases es enriquecedora y la diferencia de edad me aporta mucho.
Hay mayores de sesenta y cinco años que quieren aprender y seguir aprendiendo, que disfrutan de ello. Que bonito es verlos ilusionados a la salida de sus clases, cuanto bueno me dan con su alegría.
Reflejándome ellos, en sus ganas y por ellos, cada día me pinto una sonrisa, una meta y un esfuerzo.
Gracias, por darme esta oportunidad de volver a el maravilloso mundo del saber, y un enorme abrazo a esas personas por las que hoy soy una mas en esta escuela.
Urbana 7.
Inscrita en el Registro de la Propiedad Intelectual

5 comentarios:

  1. Bello discurso que refleja tus inquietudes. Como bien dice un comentario anterior tú también eres una luchadora y mereces estar en esa lista de mujeres inquietas que contra viento y marea preguntan indagan, curiosean, aprenden, se esfuerzan, arañan yse dejan la piel avanzando en un camino que alguna vez pensaron que no era para ellas... gran error. Ese camino sí era para ellas, y lo es para ti, Urbana. Recórrelo con orgullo, con ese día a día que te va llenando y con la convicción de que quienes estamos a tu alrededor (tus lectores también) te miramos a los ojos y sonreimos. Porque el mundo es tuyo, tu mundi. Un mundo que -no lo dudes- es un poco mejor gracias a personas como tú.. un gran beso desde el sur.

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  2. Otra vez, por aquí, después de el descanso vacacional, pero me sigue generando paz y sosigo leerte y esta adición va increcendo.
    Tu escrito de hoy me ha puesto el bello de punta, per precioso, no por la forma, que también, sino por que está escrito desde las entrañas, y eso siempre llega.

    Pero quiero hacerte tres reflexiones:
    La primera, es que hablas de tres mujeres luchadoras, sobre todo de una, pero he de decirte que debias hablar de 4, o de muchas más, pero en ese cuarto lugar debías ponerte tú. lo que tu haces, has hecho y te has propuesto hacer es de una luchadora, que debe ser ejemplo para mucha gente, para mi lo eres. No eres menso que nadie y muchas personas, de las llamadas cultas ya desearían tener una mínima parte de los valores que tú tienes.

    La segunda, estás en el camino correcto, nadie nace sabido ni muere sabiendo, la vida es un cámino de aprender, de uno mismo, de lso demás y de lso libros, pero para aprender hay que tener la humildad de decir, no sé, como decía Socrates "sólo sé que no sé nada"

    La tercera, parafrasearé al personaje del qeu tomo el pseudonimo, aprender es caminar hacía la libertad, cuanto más aprendemos más libres somos, espero deseo, que seas una mujer..que seas y sobre todo que te sientas libre.

    Para termnar, que hoy me estoy estendiendo, te diré; Urbana, que en la vida se cometen, o no, equivocaciones, pero el valor de levantarse, andar, es infinitamente máss importante del de equivocarse, si es que ocurrio. Siempre desde estas lineas te animaré a que sigas creciendo, sobre todo en los mementos de desfallecer, que puede haberlos, quien no los tiene, lo malo no son esos momentos, lo malo es que se sumerga uno en ellos, estaré para animarte.
    Un abrazo

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  3. Hoy, veo,,una reflexion real,,llena de optimismo.

    El que nunca, debiste de abandonar y el que te hara, completa.

    Me alegro,, urbana , que sigas el camino cultural, ese que te abre las puertas del conocimiento y el saber.

    De verdad,,, te deseo feliz 2011,,, y que tu lucha,,nunca termine!!!!!

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  4. “Nunca es tarde para aprender”; y hay que tener en cuenta que siempre estamos aprendiendo, en cualquier edad, a cualquier etapa de la vida, Porque siempre hay tiempo para aprender...hay tiempo para empezar...Y nunca es tarde, se tenga la edad que se tenga. Un empujón de ánimo para seguir aprendiendo . Un saludo

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  5. Muchas gracias ,soy yo ahora la emocionada por este baño de reconocimiento por algo que me entusiama como es aprender.
    No intento comerme el mundo ,no, quiero aprender y con vuestros comentarios lo hago todos los días.
    Un saludo me enorgullece que personas tan humildes y grandes de palabra me leais ,vosotros sois mi premio.
    Un saludo.

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