domingo, 10 de julio de 2011

Crespones negros

Ríos de lágrimas agotaron tu paciencia…
Aborreciste mi última adolescencia,
Fuiste una chiquilla cuando quería una mujer.
No supe calmar mi incandescente conciencia
Reventé tu enojo con tanto llanto, y amor a manos llenas.
¿Qué culpa tengo yo, de desearte tanto?
Maldigo mi suerte, por no estar contigo…
Mis angelitos del cielo, me destierran para que deje de amarte.
No quieren verme caminar, como la dama de las camelias.
Sufren por una mujer, que empieza sola a camina…
No pueden dar cobijo a tanta angustia, que apresa mis horas.
Me dicen que sea fuerte, que mire a la vida como te miro a ti .
Cuando te miro sin verte, y en ti encuentro esa paz, que me hace quererte.
Crespones negros en la ausente y fría mañana.
Hoy pondré flores en un jarrón por ti.
Peinaré mis cabellos, sonreiré a la vida.
Contigo vibro, son tus palabras dormidas mis verdugos.
Hasta que despiertes, caminaré por el borde de tu cuerpo…
Tu dirás y yo oiré, segura de que tus palabras serán hiel o dulce melaza…
Entre la luz del alba y las miradas indiscretas
te mandaba besos, tu comías de mi boca, yo sonrojada no paraba quieta.
Amar es una obsesión, que malogró tus dulces días.
No es hora para disculpas, ni momento de ruegos y preguntas…
Necesito encontrar el norte, y el sosiego, perderé hasta tu amistad, y eso es solo lo que quiero conservar.
No te pido nada, el perdón lo da la vida y el tiempo.
Y yo agoté el tuyo, del cuál no eres dueño.
Soñaré contigo como empecé hacer aquella noche, de gula…
Que dulce y crujiente galleta, se perdió mi boca.
Ríos de lágrimas, que hoy riegan las rosas del jardín que cuidamos juntos.
Un beso amigo y buena suerte.
Cansé a tu amor de amarte tanto…
Amor de amante, amigo.
Urbana  7.
 
Inscrita en el Registro de la Propiedad Intelectual

1 comentario:

  1. Retira esos crespones negros y enarbola el más billante y luminoso que tengas, puesto que no hay noche sin día, ni tempestad sin bonanza. No perderás nada, solo hallarás. Un camino, una razón, un amigo... una galleta, quizá, más crujiente y dulce que nunca. Siempre hay un camino, un destino, un norte que fijar... y una estrella esperándonos en Nuncajamás.

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