domingo, 10 de julio de 2011

Corazón de otoño

Alberga en ti una esperanza que empieza a crecer
deja salir la magia que llevas dentro.
Rey de mis sueños contigo vivo, no hay asedio ni castigo.
Eres el cielo de mi día, un arco iris en mi pensamiento
llevo tu recuerdo de estandarte y no pasa un día sin amarte.
No pienses en el ayer ni en el mañana vive el momento,
me verás en la sonrisa de un niño, en la pícara mirada de la luna
y en los versos más calientes que en tu memoria reposan.
No quiero que enmudezcas, tu voz es el camino a la felicidad.
Si callas, me pierdo en el intento de ser feliz.
Sin ti me hago grande y contigo crezco, hay algo que me quema y son los abrazos que guardo para darte.
Un universo que quiere nacer en el Cosmo de tus besos.
Que estrellas fugaces son tus miradas, que estela de terciopelo la comisura de tus labios…
De raso son tus caricias que me hacen estremecer solo al recordarlas.
Rey de las mareas, cobijo de noches de amor.
Pastor de corazones perdidos, llévame hasta el camino del hades prometido.
En los campos de encinas y castañares reposará nuestro alma este otoño, viendo pasar el dulce de membrillo de tu boca y suspirando las hojas que se caen a nuestros pies.
Amor de otoño nostálgico y templado sol que torna al viento nuestras vidas, perennes no caducas.
Que bonito está el campo en otoño, que puestas de sol y frescos amaneceres que broncean los parques y bosques de mantas cuajadas de la hojarasca, que el viento sopla.
Urbana 7.
  
Mundy, que paseos más esperados, que de amores empiezan en otoño…
Y que de sentimientos despertamos.
El recordar no es triste es necesario hacerlo, la nostalgia no es una cárcel solo es amargo hacerse amigo de la soledad.
Un abrazo urbanos y urbanas, feliz otoño y arriba los corazones.
Inscrita en el Registro de la Propiedad Intelectual

2 comentarios:

  1. Cuando vuelvas
    no te olvides regalarme tu risa
    para dar alegría a mis colores,
    no te olvides
    regalarme tu mirada
    para dar brillo a mis ojos,
    no te olvides
    regalarme tu beso
    para endulzar mi piel;
    no te olvides
    dejarme tu caricia
    para contagiarme de ti.
    Déjame un soplo de tu corazón
    para infundirme tu aliento;
    así sabrás, donde habitas
    y que nadie
    borró nunca tu sombra.

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  2. Esta tarde me oscurecio en una carretera que crusa un bosque de hayas, los colores rojizos, verdes,amarillos i el luz tenue del anochecer, me recordaron este poema tuyo , luego aparecio jupiter en el cielo i no le gusto ver como gozaba del espectacuño i lo volvio todo negro

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