Los jueves al sol

Frente al sol

escuchando como rompen las olas.

Mis mejillas se colorean de un sol

que acoge y alberga un calor matutino,

mediterráneo, con olor a azahar.

Somos flores que buscamos vida,

a la luz de un cielo abierto.

Nos abrimos paso entre el cañaveral de las dunas,

para ver a las sirenas, en la costa de un mar que saluda

Calmado, pero inquieto haciendo delirios en la orilla.

Me regalan los oídos el trino de unas golondrinas

y el torpe vuelo de unas gaviotas.

Pienso que sería esta playa desierta si estuvieras tú…

¿Bajaría el sol para cubrirnos?

¿Serían las olas más altas?

¡Que manera de borbotear el agua y la espuma en el rompeolas

sería más blanca!

La arena sería fiel testigo de esa marejada, quedarían las pisadas,

y los surcos de dos cuerpos en los giros fervorosos, por encontrar el botín

que habita en nuestras fuertes miradas.

Olvidados y ajenos a ese mar que poco a poco atrapa, pero no nos moja,

es tal la pasión que gozamos, de una lumbre que el sol se consterna.

Urbana 7.

Mundy hoy disfruté de un sol compañero de paseos y me detuve para escribir delante de ese infinito mar que tantas veces es testigo de mis alegrías al que confieso y el guardián de mis más íntimos secretos.

Espero que todos disfrutéis un poquito de este sol que hoy a mí me acompañó.

Y pensar que tarde o temprano los sueños se hacen realidad, si nos marcamos pequeñas metas, pero nunca castillos de arena, que se sufre por poco y

muchas veces se llora por nada. Un abrazo vuestra amiga.

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