domingo, 26 de junio de 2011

Sala de espera

Un día cualquiera te preguntas si la vida te pertenece o simplemente se sigue un eje cronológico que tenemos ya marcado desde que nacemos. Que podamos
pensar distinto es el mejor regalo que nos pueden ofrecer pero el inconveniente mayor pecar de egocéntricos.
El respeto y la tolerancia son nombres comunes que pueden ayudar a que nuestra vida sea mas rica en vivencias y que el compartir no sea una tarea ardua.
Muchas veces sin querer otras veces queriendo hacemos daño. PERO quien
esté libre de pecado que tire la primera piedra, muchas veces todos tenemos manchadas las manos de arena. Es fácil limpiarse las manos aunque no solo el
agua y el jabón son suficientes. Pero el mundo es mundo desde hace mucho tiempo.
En esa sala de espera sin esperanza, en una casa sin tejas sin tejado, un suelo de arenas movedizas y un proyecto de obra que no se acaba porque la vida es así, una historia con comas espacios llenos de momentos inolvidables por lo bueno y lo malo.
Y donde el principio y el final solo lo podemos saber viviéndolo sálvese quien pueda yo me meto mar adentro y no perderé ningún tren en todos los vagones
hay esperanza la añoranza viene de acompañamiento y espera en el anden de enfrente.
Como un cuadro donde los colores primarios dan cobijo a los mil y una flor del campo, queriendo que toda la fragancia que desprenden vengan contigo.
Una copla decia que las amapolas blancas, que si el rojo clavel, verde como la albahaca… El esperar tiene un sabor dulce el tiempo salpimienta y la esperanza
No tiene mas color que el de la forma que queramos mirar al día.

El arte es la forma de vivir hay cosas que se escapan de las láminas, suerte, el poder del artista es saber que se puede lograr una obra.
Intentando poner color a una sala de espera…
Mundo ponte las pilas, que las flores florecen solas pero solo quien planta sabe como se riega el edén.
Urbana 7.
Inscrita en el Registro de la Propiedad Intelectual

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