En la noche de San Juan , el fuego quema los malos y viejos trastos, dando paso a los deseos de buena esperanza en el solsticio de verano. Alrededor de una lumbre en la playa o en una plaza en vecindad, todos contemplan, como el fuego arrasa, el misterio en la noche de San Juan.
En Alicante fiesta grande, playas bulliciosas, acotadas por hogueras, donde se hacen viandas buena pitanza y sangría esa noche llena de jolgorio y alegría.
Deseos que se piden conjuros hechos con papeles llenos de deseos y velas de colores
para que ardan y nos den en este mundo de crisis esperaza, es la mezcla de lo mundano y lo pagano. En estos tiempos nos agarramos a un clavo ardiendo. Algo bonito, que pude observar, es la ofrenda al mar de flores blancas.
En sus calles alicantinas, ¿muñecas de cartón? No, esculturas arte que día tras día
artistas dan vida con su don y paciencia. Es belleza.
El ultimo día la cremá se pueden ver lagrimas, la emoción de esas gentes que trabajan en una hoguera que hacen que el artista crezca y se supere cada año.
El cielo Alicantino es una manta de fuegos artificiales que cubre al mar como un cristal de estrellas, de San Juan, esa luna, la mar… noche mágica.
Ves mundo, valió la pena la escapadita a Alicante, este verano podemos pasarlo bien en plan mi mochila y yo. Bueno y los hotelitos con los planes anticrisis.
Ais vida que bien se vive asi en plan urbana y su mochila?
La próxima… no lo se de momento a descargar los bártulos, mundo bájame en casa.
Un saludo, de nuevo.
Urbana 7.
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