Eran las doce cuando te quedaste dormido, afuera la luna hacia pleno, se miraba coqueta en el río, la primavera entraba a galope .
Se hacia paso entre las lluvias dejando verdes prados y una alfombra de flores.
Pero no podía conciliar el sueño, salí al porche la temperatura era buena
Me senté sobre la silla de nea, encendí un cigarro y comencé a escribir esta carta, eran muchos los momentos buenos y muy difícil elegir el mejor.
Amor, olvidarte será difícil para mi, no trato de meter la pasión en un sobre y guardar de un soplo lo vivido.
Es mas duro notar frío en días de sol estando tu presente, esperar a que duermas, soñar en blanco y negro, sin tener ilusión por recuperar lo que dimos por perdido.
Es tarde ya para pegar con besos los jirones del corazón herido, el placer está estancado y las ganas tienen los días contados.
Sería mas fácil esperar a otro tren en compañía, pero no puedo dormir a tu lado sabiendo que nuestros caminos ya no son paralelos y que la ilusión está gastada. Tal vez llegamos al destino y esta es mi parada.
Un beso te dejo al lado de los abrazos rotos que nunca nos dimos, junto con las lágrimas que no lloré a tiempo, el equipaje será ligero pero me acompañara siempre, serás el comienzo de mi nueva vida.
Urbana 7.
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Palabras no dichas, abrazos no sentidos, lágrimas que bañan nuestro corazón,... Una nueva vida es una puerta a la esperanza.
ResponderEliminarLo que expresas es hermoso, profundo y sentido. Enhorabuena por poseer esa sensibilidad.