viernes, 23 de marzo de 2012

Viernes noche.

Entre el olor de la multitud botaba como un loco agitando su larga melena eran los noventa y esa noche había que quemar los cartuchos de la pistola de una semana estresante.
Estaba allí junto a los colegas de siempre con la única intención de pasarlo bien y llevar la euforia al extremo más duro que le hiciese olvidar esa noche el recuerdo de una mujer…
Se tomaba una cerveza mientras miraba con indiferencia a uno que alardeaba de tener fuerza, como si de el show de truman de tratase era la misma hora de todos los viernes y el fantasma de turno siguiera en su sitio, pero esta vez y sin quererlo rompió la escena. El fulano en cuestión quería pasarse de listo con una chica que lo rechazaba continuamente y el podía vestir como un melenudo pero era ante todo un caballero. Solo se acercó y sin mediar palabra le derramó el cubo de los hielos encima y apartó a la chica de el pagándola un taxi para que se marchase, pero ella le dice que ir andando y la acompaña.
No era ese plan el que buscaba le apetecía conducir, la propone llevarla a un sitio y allí tomar la última. Ella lo sonríe de forma que el se vuelve loco y es ella quien elige el sitio le dice de ir al valle al kiosco base.
El se deja llevar y terminan escuchando la última canción de platero y tu mientras se pasan un litro y ven las estrellas. Ella algo chula lo cose a miradas, pero se mantiene en sus trece hasta que al volver sus cabezas para pasar al coche ella lo empuja de forma dulce pero desafiante y lo da un beso.
Al final la noche tiene mucho que decir aunque empiece con casualidades y sudores de primavera… hoy tal vez si se ven repiten pero el final estaría por escribirlo, porque solo se quedo en una noche de viernes noche. Urbana7.

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