sábado, 17 de marzo de 2012

EL ADIOS DEL EMIGRANTE.

Cantó a la España más gris e hizo de su canción un himno y una insignia para el emigrante. Evidentemente os hablo de Antonio Molina que amenizaba las despedidas en el telón de acero de un país que lloraba unido.
Ahora se sufre del mismo mal y estamos sufriendo la partida de muchos profesionales en busca del dorado. Esperemos que esta situación no haga emigrar el talento de muchos y podamos despertar del letargo en el que nos encontramos. No es cuestión de patriotismo, no es hacer polémica pero si ya dentro de esta tierra pocos están en su lugar de origen, si Madrid es la capital de todos, pensemos que no solo sabemos donde nos despertamos no donde vamos a dormir. La vida es larga pero volver a tu punto de partida puede ser por accidente pero de igual manera gratificante.
Mundy, tener la vida tan escrita tan definida no es del todo sano hay que dejar abiertas puertas para no salir volando o despedirse a la francesa.
 Urbana7.

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