jueves, 8 de diciembre de 2011

LAS TRES CRUCES DE UN CORAZÓN PARTIDO

Incomoda el júbilo que llega de la calle sabiendo que los pasos que distan entre los dos mundos nunca se cruzarán. Estancadas las palabras en el pozo ciego y los versos mudos hay frío en la chimenea ya no da calor ni pensar en el cobijo de los sueños. Nana del silencio en el anguloso perfil del olvido que florece en cada rincón donde un día brotó con fuerza y hoy solo queda un recuerdo roído.
Bajo el escalofrío de la soledad y el telón de las miradas que se cruzan en el gesto amable del cumplido muere a cada minuto lo que sobrevivía al temporal.
La rozadura del tiempo hace mella en la burbuja de cristal, se hacen aristas algún día se romperá la farsa que llaman realidad, no habrá lágrimas porque ya no sabrán los dioses porqué lloran. Paz o condena, laberinto o amanecer en el patio de recreo dónde solo los ángeles la vieron correr.
Con alas de terciopelo y ojeras moradas negará a su gran amiga Soledad.
Pondrá tres cruces en el calvario de su olvido una por haber amado, otra la adornará de rosas , corales y mirando a las estrellas construirá una larga hasta el infinito, para subir todas las noches . Siempre le quedará el firmamento y dormir en el pico de la luna… Se verán desde todo el valle los puntales envejecidos pero nadie olvidará el tributo a su soledad…
Urbana 7.

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