Las cartas que nunca llegaron a su destino bailaron en los petates raídos de los soldados que no regresaron de las milicias. Veinte vidas y muchas canas se quedaron esperando ver llamar al emisario de la buena palabra repartiendo en cuartillas, las cartas aladas…
En cunetas y zanjas abiertas, por manos desesperadas yacen y descansan los versos que arrancaron los suspiros de un alba que no quiere recordar la escarlata hojarasca que dejaron los fuertes muchachos.
Dicen en el pueblo que fue un chivatazo una emboscada pero las amarguras en tiempo de guerra no son menos flacas por el motivo, todos tenían madre la carnicería de un corazón no entiende de los años. Hay quienes esperan sabiendo que sin guerra este año por navidad tampoco vendrán.
La sensatez sienta siempre en sitios agradables pero la conciencia permanece rutilante y lucha consigo misma cuando no encuentra la cara de la verdad.
Urbana 7.
Mundy, siempre hay prioridad en la vida pero no por ello se olvide que hay razones por las que sensatamente no tenemos que olvidar los estragos de una guerra y que sirva para no sembrar más mala saña. De los errores se aprende solo hay un color el de la cordura y ese es el que con el que hoy quiero vestir mis letras. Como no se si obro bien o mal, puesto que no hay comentarios quiero pensar que tal vez no es nada nuevo lo que cuento, pero tampoco tengo críticas destructivas. Poco a poco mundy, perseverancia siempre.
Un saludo y buenas noches.
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