Contigo ni sin ti...

Repasa las paredes de un corazón que ni quiere ni odia que ni siente ni padece porque la angustia ya la metió en un zulo con la fusta del martirio…

A quema ropa sin arrastrar el orgullo apretó los puños y sonrió a un destino sin margen en la felicidad pero sembrado de cautelosas baldosas de frío mármol que pisa firme.

Sellando sus oídos para no escuchar quienes recortan sus alas para que no coja aire en libertad, enmudeciendo por no herir un corazón que ya es piedra…

_Siembra paz con el recuerdo y con la pasión que se construyan torres difíciles de tirar para ver como vuela la esperanza y no se quebranta la honestidad.

Aunque todo huela a la candela del lecho enfrascado en la ruina y nostalgia que no decaigan las ganas de continuar, hay tantas lunas que las estrellas bendijeron nuestra estela y bien sabe la aurora que no fue un astro fugaz ni repentino lo que dejó de brillar.

Valientes de escuchar una hemorragia que los torniquetes no podían taponar, sangre joven en corazones viejos añejos y acostumbrados a no callar el lamento…

Pero ahora lloraré aunque aún no te eche de menos porque el día que lo haga será tarde para decírselo al viento, para entonces te correrá la tiña a puerta de un odio que nace cuando se acaba el querer.

_Dame un beso mujer que se hace tarde; y no hay tiempo para escenas de la dama de las Camelias ni para coplas de color añil.

Urbana 7.

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