martes, 1 de noviembre de 2011

Lucero del alba

Hay un salvavidas azul en un mar de dudas, la esperanza se ahoga y nadie hace nada… Silencio naufragan los suspiros, se agazapan las miradas entre la indiferencia y el olvido rompe su quejido.
Extraña indiferencia de Neptuno, revuelo de sirenas alfombra del coral mal querido. Torbellino de mareas que conducen al maremoto del perseguido espejo que ya no brilla porque no tiene orgullo ni enojo.
Cresta de la ola que se duerme en el vaivén de un enigma que sale a flote pero que no respira. Lucero del alba que calla los sueños, que arremete con el presente sin dar cobijo al amparo. Palacio de cristal, tallado a espejismos que distorsiona la belleza en un paraíso llamado optimismo. Se amuebla de alfombras que tapan el frío…
Flotadores pinchados que sosiegan la fe en remar contra un mar que es un río.

Solo queda pensar las sirenas saldrán a su busca o ese pescador avisará, ¡cuerpo a la vista!, no se come el mar lo que no quiere la tierra.
El lucero del alba calla la penitencia del ahogado y la angustia del coral herido.

Mal en calma no tirar nada de valor por la borda la mar no es un enemigo…ni la bruma canela, no fiarse ni del lucero del alba…
Las caricias con la resaca engañan, no esperar a ver milagros si el barco zarpó a su destino…
Urbana 7.
Mundy largo mar de parafina para un día de santos que están en el cielo, yo pienso que todos los segundos salen alas de los buenos sentimientos y que hay que tener más miedo a los vivos que a los muertos.
Inscrita en el Registro de la Propiedad Intelectual

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