Está rondando la higuera y ya no baja al río a lavar…
Cada día y cada noche sale a buscar el calor de su cuerpo que ya no dormita entre la paja mullida de su colchón.
Sus manos están vacías sin su cuerpo lozano,
esos ojos tan huérfanos sin los suyos…
Con el sabor de sus besos amarrados a no olvidarla.
Recordando el olor de su piel no puede conciliar el sueño… solo duerme si con ella sueña.
Y con las manos al viento roza la tersa piel del pecado y cubre cada palmo que sería devorado…
Aferrado a un imposible y ignorando que el río no se a secado que es su angustia perfumada lo que le hace ir tras el último paso, el pescador permanece en silencio y espera templar su alma con un sueño que le haga revivir a la mujer que vio volar en sus brazos.
Ella lava sola en un barreño de cinc, aclara el lienzo moreno con su melancolía y pidiendo sol para la otra orilla…
Urbana 7.
Mundy para hoy tenía un tema de “lazarillos en Zarzuela” pero la pasión relaja mi encolerizada tinta que para mañana dejará algo cargadito este espacio. Hoy un homenaje a esas mujeres que lavaban a la orilla el río y por ello era ese momento cuando se veían con sus Romeos, siempre con el cuidado de no levantar un comentario. ¡Por el Que dirán! (Que a mi me da lo mismo)
Las personas que me quieren, me quieren como soy y yo vivo y dejo vivir.
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