No hay sipnosis para escribir un adiós cuando no sabes como escribir un final.
Se termina un renglón y se queda un párrafo viudo sin hueco de aire por buscarle el viento las aristas a las letras…
Desenlace fatal venció la armada de la indiferencia ante un orgullo que solapado a la edad fue el colofón de todo mar de dudas.
El respeto que siempre reino se quedó encallado y de su jardín secreto brotaron rosales que darán sombra incluso en las frías navidades.
El pozo del deseo permanecerá tapado sellado para la memoria de seriales, se evocó la pasión en los humerales…
Concluía la tarde y sin dejar de quererse apagaron el jaleo, bajo su imagen a la memoria y en sus ojos dictó el trasiego de los vendavales.
No quiso dar la cara, no pudo ver sus ojos, pero no podía hacerlo más difícil…
Ella lo quería, lo quiso y lo querrá el también pero nunca la entenderá.
El momento, el lugar y la vida fueron malas avenidas en un tiempo de cambios y dudas un bolero se baila con talento pero no pensando en la vida, ese es el dilema nada es eterno y alargar la agonía ni es bueno ni alivia.
Urbana 7.
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