miércoles, 17 de agosto de 2011

Arde el mar

Cuando cae la tarde acudo a tu encuentro, subo a tus rodillas deseando ser presa de tu boca. Es tu cuello el mástil de mi barco y tú el timón de mi crucero surcas en mi océano las olas más difíciles…
Eres el viento del norte eres el capitán de mi expedición, camarote sin calma, contigo no hay descanso en el navío.
Brújulas en el desafío de un paradero que no venza al salir el sol, ancla de fuego que quema a un mar ardiente.
Atas cabos y yo suelto velas bota con fuerza mi cuerpo que lo recoges antes de que caiga por la borda…
Se tiñe tu voz de marinero al placer de mi deshielo soy tan tuya que no escucho el aire que roza mi pelo.
Armónicos son tus ojos trepando por mi pelo y se baja el telón con dos rombos que ocultan a la noche el secreto de mi desvelo…
Urbana 7.
Inscrita en el Registro de la Propiedad Intelectual

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